26/1/2020

«Se estará equivocando quien crea que a México le urge más sostener una inclinación ideológica o un proyecto de gobierno que una dosis de decencia. Entre las condiciones del hartazgo se encontraban y permanecen tanto la violencia como la crisis de seguridad y su continuidad en crisis de derechos humanos. Los poderes mexicanos siguen cometiendo la ignominia de diferenciar a las víctimas entre cómodas e incómodas. Se expresa en el desdén que califica la desesperación o la tristeza en lugar de enseñar empatía.»

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