20/1/2019

«Nuestra relación con la política es constantemente religiosa, la concepción de la moral, erróneamente, insisto, también. Mezclados los tropiezos el desenlace es complicado. Expiación y salvación como recursos políticos, parte del discurso de estructura religiosa y de aplicación cívica. Una concepción de la bondad y la maldad siempre se mostrará limitada cuando se cree y afirma que los hijos, el pueblo, es bueno por naturaleza. Como no lo es creamos las leyes, pero si esas leyes las hacemos para ajustarse y cumplir una sola visión de lo moral, haremos todo menos democracia.»

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