11/11/2018 «Es casi norma. La fascinación por sus propias soluciones que tiene cualquier poder recién conquistado, tiende a obviar la imposibilidad de los poderes en México para prever o reaccionar ante lo que no resulte de la manera en que se imaginó y prometió. En este país, los efectos de las propuestas se miden en aplauso político y no en consecuencias a plazos largos. Lo positivo se encuentra en la novedad que recurre incansablemente a las fallas, crímenes y desastres que precedieron, para eximir con ellos las faltas propias y los pronósticos negativos. Detenerse a pensarlos es suficiente para ser visto como derrochador de fatalismos en espera de acertar el minuto de la hora final. ¿Qué gran obra del pensamiento se ha escrito sin escepticismo?» Dar click en el texto para seguir leyendo Twittear