1/11/2017 «Pensar México es el espejo de Pensar Medio Oriente, el libro del que platicamos el año pasado. Es un intento por entender esta otra parte del mundo en la que habito y en la que trabajo mis temas habituales, el mundo árabe y sus conflictos. Es, entonces, mi discusión con los lugares comunes en los que nos perdemos al ver que México es un país que no funciona. Vuelvo al mismo punto de partida. Me encontré que las coincidencias entre el mundo árabe y el mexicano son muchas, y pocas son virtudes. Así que planteo ahora una idea análoga al libro anterior, en el que decía que la única forma de entender a los árabes era desde el lenguaje y los metasignificados con los que éste permite una serie de interpretaciones que afectan lo político, lo religioso y lo social. Nos hemos convencido de que en México la palabra cambia de significados según su entorno, el chingón, el cabrón, el puto del estadio se encuentran ahí. No. No es así. Aquí, en México, en lugar de cambiarle el significado a la palabra —eso es cosa muy árabe—, se lo quitamos. ¿Qué pasa si el lenguaje pierde o le arrancamos su significado? La corrupción no será la corrupción, robar no será robar, mentir no es mentir, la política no es política. Eso es México. Creo que es tiempo de detenerse y pensarlo.» Dar click en el texto para seguir leyendo Twittear