Nota de un lector
Así como hay situaciones y momentos en los que la poesía es urgente y no hay ningún otro tipo de discurso que ejerza su lucidez peculiar, ahora urge la reflexión sobre el Medio Oriente. Este comienzo de siglo desafía radicalmente a quienes piensen que cualquier cosa que suceda allá no incumbe a quienes vivimos en otros continentes. La alarma que ha encendido y sigue avivando de maneras diversas el terrorismo es suficiente para señalarnos la necesidad de poner doble atención en aquella región, pero a la vez ha despertado todos los prejuicios y equívocos posibles. Todas las ambiciones y delirios. Por lo que debería además ser aliciente para ejercer un pensamiento más sutil y profundo.
Nos incumbe a todos y nos afecta de manera similar a la que cualquiera en el mundo se vio afectado por las razones y sinrazones del nazismo y el estalinismo en el siglo anterior. No basta con informarse, sino, sobre todo, exige tener elementos para discernir lo útil en la masa abundante de lugares comunes, rumores y condenas raciales que circulan tanto en los medios de comunicación masiva como incluso en los medios universitarios. Tanto especialistas regionales como periodistas de guerra ayudan con frecuencia a agitar las aguas turbias de la confusión. El reto fundamental que tenemos enfrente es ejercer de manera sistemática esa otra cualidad humana irremplazable: la reflexión. Por ello, este libro que desde su nombre es un programa vital, Pensar Medio Oriente, es el regalo que nos ofrece Maruan Soto Antaki para comenzar a vislumbrar las ideas claras, aunque sean paradójicas y complejas, que se van volviendo indispensables para habitar hoy este mundo convulso.
Comienza por mostrar que el tema enunciado como territorio tiene que ser pensado más allá de esa geografía. Ser árabe no es algo que se defina en términos de fronteras medioorientales; tampoco ser islámico lo es. Aunque adentrarse en esas dos condicionantes señalando justamente su complejidad y extensión cuestiona y hace que se tambaleen de golpe todos los discursos que quisieran agotarse en una explicación exclusivamente económica, geopolítica o de alteridad religiosa. El Medio Oriente se entiende muy mal si se le piensa solamente en términos de petróleo, en términos de historia y geopolítica territorial o en términos de choques de civilizaciones. Los tres factores son reales y de peso, pero a la vez son los tres comodines más comunes para no pensar y asentarse con muchas palabras en ese neoconformismo que circula y se acepta como una “corrección política” o certeza universitaria.
Maruan propone pensar el mundo árabe primero desde ese ámbito cambiante pero a la vez lleno de profundidades que es la lengua. Alterar la secuencia de las ideas siempre tiene consecuencias. Remueve certezas, introduce nuevas dudas. Y necesariamente otros puntos de vista. La lengua es, además de un hilo cultural, una experiencia personal.
El verdadero eje vital de este libro es la experiencia y reflexión del autor como mexicano y árabe. La experiencia no sólo como memoria y testimonio, sino como lección. Porque algo fundamental en estos ensayos que conforman una sola voz interrogante y dialogante es que la reflexión guía su búsqueda. Es, ante todo, un libro inteligente. Y lleva esa actitud hasta la necesaria posición de criticar sus propias posturas y creencias recientes o del tiempo de su necesariamente ilusionada juventud. El tema de Palestina es un ejemplo de ello. Ya no tanto, las Primaveras árabes, que a tantos desinformados ilusionaron por lo que nunca fueron.
Si en estas páginas late una llamada de atención constante, una especie de centro magnético que requiere ser visto, sentido en su totalidad, pensado, éste es Siria. No sólo porque ahí están los afectos familiares y autobiográficos del autor, sino porque ahí está, y en eso concuerdo con él completamente, la clave de lo que sucede y sucederá en Medio Oriente. No sólo es el escenario sangriento y cruel que conocemos, sino, sobre todo, es ahí donde se ata y desata el nudo de intereses y pasiones de todo tipo y dimensión que conforman la boca ardiente de nuestro siglo. Ahí, incluso la belleza extrema del mundo ha sido totalmente destruida en nombre de creencias y militancias sin sentido. Ahí, la humanidad una vez más demuestra los extremos de los que somos capaces. La noche comienza en Siria y este libro describe agudamente los detalles de esa fuga de la luz y de la lucidez.
Y si no bastara con poner sobre la mesa tantos objetos de atención candentes, en este libro tenemos a la vez un acompañante perfecto a las novelas de Maruan. Un ámbito que las extiende hacia el mundo vivido y pensado por el autor. Y ayuda a ponerlas en las manos de quienes se atrevan a exponerse a su narrativa fascinante de exploraciones inéditas, desde la casa familiar hasta la militancia que marcó al siglo xx con un herraje al fuego vivo que cuesta trabajo ignorar.
Como el propósito de este libro es darnos elementos para la reflexión, es completamente lógica la inclusión de una entrevista que su madre, la brillante y muy extrañada Ikram Antaki, hiciera a Arafat en Managua en plena ebullición de las ilusiones de los ochenta. Porque lo que queda expuesto es, además de la florida argumentación del terrorismo palestino que hace Arafat, la complejidad y el nudo de ideas y esperanzas que terminan por ahorcar a quienes se lo pongan al cuello. La desilusión es proporcional a la ilusión. Pero se necesita, además de lucidez, el valor que tuvo Ikram para ir después más allá de las ilusiones del siglo que ahí muestra y rebasar aquel momento. Y que Maruan lleva ahora a una nueva orilla de libertad para enfrentar los retos nada sencillos que nos presenta el nuevo siglo y que desgraciadamente no terminan de aclararse tan sólo con los instrumentos de pensamiento del siglo pasado. En cada caso abre la discusión, a diferencia de tantos libros que la cierran.
Sin embargo, parece mentira que tenga que volverse a lo más elemental para comprender y actuar en lo complejo. Y este libro lo hace. Pocas certezas son tan básicas como la de que ninguna tradición cultural, religiosa o del tipo que se le defina, da derecho a nadie de mutilar a las mujeres, o someterlas a condiciones humillantes. Atentar contra los derechos humanos en nombre de una supuesta ley sagrada es igualmente aberrante hoy que ayer. Maruan se aventura a explorar esas pasiones humanas más bajas, vueltas religiones y vueltas luego leyes discriminatorias y opresivas, interiorizadas como una enfermedad, tantas veces incurable.
También lo contrario se asoma en este libro: pasiones creativas vueltas excepción fecunda y luego cultura y hasta civilización.
Pensar Medio Oriente habla de nosotros aquí y ahora, de nuestros miedos y prejuicios, de nuestras esperanzas equívocas, de nuestra ignorancia y ceguera tenaz, pero también de lo posible, de nuestra capacidad y obligación de pensar.
Alberto Ruy Sánchez
Ikram y/o Maruan, mil gracias por lo poco y por lo mucho.
Papito Lu.