1/12/2015
“Entre todo lo que he perdido, la familia, las parejas y los perros, lo único que no estoy dispuesto a perder son mis libros”, les repito en cada cárcel. Y ellos dan las gracias. De nuevo, no todos, eso está claro, pero algunos esperan que leyendo, cuando salgan, tengan los elementos para hacer menos barbaridades. Esos otros, de los libros, puede que también estén en la calle.