1/8/2019

«La asimilación o adecuación social a un elemento cotidiano, a pesar de su disfuncionalidad y rechazo intelectual, guarda la posibilidad de convertir en cultural casi cualquier rasgo. Los frecuentes “así funciona en México” o “a la mexicana”, aplicados hacia aspectos cívicos, son manifestaciones del costumbrismo nacional y nuestro eterno debate entre el determinismo y el libre albedrío. En México, hemos hecho culturales los defectos de nuestros sistemas de justicia, de desigualdad y de política. Es precisamente ahí donde se encuentra la posibilidad de cambiar lo asimilado: lo cultural es elástico. Solo que sería de una ingenuidad o ignorancia mayúscula creer que dicha condición es inevitablemente positiva. En la misma flexibilidad de los códigos culturales está su trampa.»

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