1/4/2020

«Cierta dualidad, adecuada y eficiente en términos de realidad, ha llevado a pensar la incertidumbre petrolera desde la pandemia originada en China, a la disputa entre Moscú y Riad o, a distintas variables sujetas a una dosis de normalidad cuando lo normal, si es posible definirlo, no se encuentra en el escenario saudita de nuestros días. En el campo político de la debacle se pronuncia un nombre: Abu Rasasa —el padre de la bala—, como se le conoce a Mohamed Bin Salman, cabeza de facto del reino saudí. El apelativo sigue la tradición árabe de darle a un padre el prefijo de su paternidad, seguido por el nombre de su hijo. Rasasa, la bala, en referencia a la que envió dentro de un sobre para presionar a su contraparte en un negocio.»

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