2/12/2018  «Es la marea de la democracia circense. Las últimas administraciones se decantaron por las pantallas; el espectáculo político que trató al ciudadano como audiencia. Desde las elecciones nos hemos dejado llevar por la ola intrusiva de la declaración callejera que se articula bajo los reflectores de un nuevo circo, pero circo al fin. Nos comportamos a la manera de un público en butacas viendo con atención la arena y comentando el entreacto, transformado en invasión a cualquier conversación y espacio privado. No estamos hablando del país, como lo hemos hecho del país desde aquello que proclama el nuevo gobierno. En la prensa, en los entornos digitales, México dejó de ser para convertirse en la nota de los titulares de la cuarta transformación. Caímos en la trampa de escalar la Torre de Babel.»

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