logo-nexos1/12/2016

Es gigantesco el peligro de establecer una condición como parte natural e inmutable de nuestros comportamientos. Hacerlo impide su cuestionamiento, rechazo y, dependiendo del escenario, también considerar sus límites y posibilidades. Es llevar ese momento a los terrenos de la pasión donde cualquier asomo de racionalidad tendrá que hacerse a un lado, porque en ella la fuerza de la entraña embiste por encima de cualquier intento de reflexión.

Junto con la humillación, la venganza se comporta como esas grandes pasiones que se han incorporado a la vida en una lucha primitiva por su legitimidad.