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1/9/2015

“Mis primeras patrias fueron los libros. Y, en menor grado, las escuelas”. Aquello le decía Adriano a Marco Aurelio en las memorias que escribió Yourcenar. Qué lejos estamos de ellos, qué poco hemos aprendido. ¿Qué tenemos nosotros por patria? ¿Cuáles son en realidad nuestras tragedias? En la despedida del emperador, se recorrían las virtudes y vergüenzas de lo que una vez fue lo más grande del mundo. No imaginaban que Roma caería un día, q ue unos siglos después, a la muerte de Constantino, se empezaría dividir el imperio. Puede que ahí esté nuestra única coincidencia, en la destrucción de un castillo de arena. Sólo que nunca fuimos Roma.